Entre el 30 y el 50 por ciento de la población mundial adolescente y adulta padece bruxismo según informa la Organización Mundial de la Salud; dato que se eleva en España hasta el 70 por ciento según un estudio realizado por Ruber Dental Internacional. Esta parafunción mandibuldar consiste en el frotamiento y rechinamiento intenso e inconsciente de los dientes sin propósito funcional, provocando su desgaste y alteraciones en todo el sistema temporomanidbular.
En algunos casos se puede llegar a ejercer una carga sobre las piezas dentales que supera los 150 kilogramos, muy superior a la que soportan nuestros dientes cuando masticamos, la cual varía entre los 10 y los 40 kilogramos.
Por ello, es importante diagnosticar esta patología antes de iniciar un tratamiento odontológico con implantes y prótesis. Así se deduce de un reciente estudio publicado en la revista Clinical Implant Dentistry and Related Reserach, en el que se afirma que en pacientes con bruxismo las posibilidades de que el tratamiento no termine con éxito son mayores «Las prótesis en los bruxistas tienen un porcentaje de fallo mayor que en los no bruxistas. Por tanto, se podría sugerir que el bruxismo es un factos que causa complicaciones técnicas y biológicas y que juega un papel importante en el fallo del implante», según se concluye en la citada investigación.
Este estudio supone un salto importante con respecto a una investigación anterior publicada en el número de junio de 2014 de la misma revista, en la que se concluía que el bruxismo condicionaba el éxito de la prótesis pero no del implante. «El bruxismo es poco probable que sea un factor de riesgo para las complicaciones biológicas alrededor de los implantes dentales, si bien hay algunas sugerencias de que puede ser un factor de riesgo de complicaciones mecánicas.»
Tener en cuenta síntomas como el deterioro de los dientes, defectos en la mordida, cansancio en la musculatura de la cara, sensibilidad y molestias en los dientes, dolor mandibular, de oídos y/o de cabeza, trastornos del sueño y/o bloqueos o disminución de la apertura bucal, pueden ayudar a detectar esta patología, que se puede confirmar con una exploración clínica y un estudio radiológico.
Rechinar los dientes es un comportamiento nervioso del que la persona no se da cuenta que lo realiza, con lo que el objetivo debe ser evitar o tratar de minimizar sus daños a través de una férula de descarga, una prótesis muy ligera que evitará el roce de los dientes.