Si bien ponerse un piercing es una práctica sencilla, hay que tener en cuenta que no son inocuos para nuestra salud, principalmente para la salud bucodental. A medida que ha ido creciendo esta moda, han ido apareciendo estudios científicos que desaconsejan su colocación.
Estos días un artículo en un medio de comunicación recordaba los resultados de un estudio realizado recientemente por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que concluía que el el 72 por ciento de quienes llevan un piercing en la boca han sufrido alguna complicación tras su colocación: inflamación, dolor, dificultad al hablar y al masticar, alteración del gusto, sangrado, aumento de salivación, infección o sensación de hormigueo. Pero el dato más preocupante citado en el estudio es que el 48 por ciento de las personas que llevan un piercing en los labios o en la lengua sufre un problema periodontal: daños en las encías, fracturas dentales e incluso la pérdida de alguna pieza.
Ya en 2003, otro estudio, dirigido por el doctor Jonh Brooks de la Universidad de Marylan y publicado por la revista Journal of the American Dental Asociation (JADA), demostraba que la colocación de un piercing en la boca puede provocar problemas gingivales graves debido a la retracción que genera en la encía y que esta contracción en la encía hace que el diente quede desprotegido pudiendo llegar a caer.
La elección parece clara. No vale la pena poner en riesgo la salud por la colocación de un piercing, así que desde Dental López Laboratorio te recomendamos no hacértelo y si ya lo tienes no esperes para quitártelo. En el caso de que a pesar de los datos y las recomendaciones quieras ponértelo o seguir llevándolo extrema la limpieza bucal y visita más regularmente a tu dentista para evitar posibles lesiones.